DEJA QUE LA VIDA... OCURRA
En un mundo donde el esfuerzo, la planificación y el control
suelen ser vistos como pilares del éxito, la enseñanza del sabio indio
Nisargadatta Maharaj emerge como un recordatorio revolucionario: la
vida no necesita ser dirigida, sino observada. En su profunda reflexión,
Maharaj nos invita a cuestionar la ilusión de ser «hacedores» y a abrazar la
fluidez de la existencia. ¿Qué pasaría si, en lugar de luchar contra la
corriente, aprendiéramos a confiar en que todo acontece tal como debe?
La metáfora del cine: ¿Somos la luz o la película?
Maharaj utiliza una imagen poderosa: la vida es como una
película proyectada en una pantalla. Los personajes, las tramas, los éxitos y
fracasos son meras imágenes en movimiento. Nosotros, sin embargo, no somos los
personajes ni la historia; somos la luz que permite que todo se
despliegue. «Nada es por usted ni para usted. Todo está en la imagen
expuesta en la pantalla del cine», afirma.
Este símil nos confronta con una verdad incómoda: incluso
nuestros deseos y sus resultados —cumplidos o no— forman parte de la
proyección. Creemos tomar decisiones, pero, según Maharaj, tanto el esfuerzo
como sus frutos «acontecen sin más». ¿Significa esto que somos pasivos? No.
Significa que nuestra verdadera esencia trasciende la ilusión de control.
El mito del hacedor: ¿Por qué nos aferramos al control?
Vivimos bajo la creencia de que nuestro éxito o felicidad
dependen de cuánto forcejeemos. Maharaj desarma esta idea: «Puede creer
que se esfuerza, que pugna, que lucha. Nuevamente, todo acontece sin más».
La mente, acostumbrada a etiquetar y gestionar, resiste esta perspectiva.
Tememos que soltar las riendas nos lleve al caos, pero el sabio sugiere lo
contrario: al renunciar a la fantasía de control, encontramos paz en la
aceptación radical de lo que es.
El verdadero desafío no está en «hacer», sino en dejar
de identificarnos con el personaje que cree dirigir la obra. Cuando
comprendemos que somos la luz —inmutable, serena—, las circunstancias pierden
su poder para perturbarnos.
Los obstáculos en la práctica: ¿Cómo vivir esta
enseñanza?
Aunque la teoría resuena, aplicar esta visión en la vida
cotidiana puede generar resistencias:
- El ego se rebela: La mente pregunta: «Si no controlo, ¿quién lo hará?». Surge el miedo a la irrelevancia o al fracaso.
- Confundir aceptación con pasividad: Soltar no implica abandonar acciones, sino actuar sin apego al resultado.
- La cultura del mérito: Vivimos en sociedades que glorifican el esfuerzo individual, lo que hace difícil reconciliarse con la idea de que «nada es por nosotros».
Maharaj no propone un camino fácil, sino una transformación
de la conciencia: ver más allá de la pantalla para recordar quiénes somos
realmente.
Invitación a la reflexión: ¿Qué dificultades has
encontrado?
Queridos lectores, los invitamos a compartir sus
experiencias:
- ¿Cómo percibes la idea de que «todo acontece sin más» en tu vida diaria?
- ¿Qué emociones surgen al imaginar que no eres el «hacedor», sino la luz que todo lo ilumina?
- ¿Has logrado momentos de entrega genuina al fluir de la vida? ¿Qué te detiene o te impulsa?
La enseñanza de Maharaj no es una filosofía para
intelectualizar, sino una invitación a vivir desde la quietud interior. Como él
mismo diría: «Usted es solo la luz». ¿Qué ocurriría si, hoy mismo,
decidieras brillar sin intentar moldear la sombra?
Deja que la vida... ocurra. Y recuerda: tú eres el espacio donde todo se despliega.
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