En el cruce entre la lucha por la libertad de la India y la búsqueda de una transformación espiritual universal, Sri Aurobindo emerge como un coloso del pensamiento moderno. Filósofo, yogui, poeta y revolucionario, su visión de una humanidad evolucionada hacia la conciencia divina sigue desafiando y fascinando al mundo. En este artículo, exploramos su vida, su síntesis única de filosofía oriental y occidental, y las enseñanzas que proponen una revolución interior para cambiar el mundo.

 

Nacido el 15 de agosto de 1872 en Calcuta (India), Aurobindo Ghose creció entre dos mundos. A los siete años fue enviado a Inglaterra, donde estudió en el King’s College de Cambridge, dominando el griego, el latín y la literatura europea. Tras regresar a la India en 1893, trabajó como administrador en Baroda y se sumergió en el estudio de los Vedas, el sánscrito y el yoga.

En 1905, se unió al movimiento independentista indio, convirtiéndose en un líder radical y editor del periódico Bande Mataram. Sin embargo, tras ser encarcelado por los británicos en 1908, experimentó una profunda transformación espiritual. En prisión, tuvo visiones de Krishna que reorientaron su vida hacia lo divino. En 1910, huyó a Pondicherry (entonces colonia francesa), donde dedicó cuatro décadas a desarrollar su yoga integral y escribir obras monumentales.

 

Sri Aurobindo no se limitó a reinterpretar el hinduismo; lo expandió hacia una visión evolutiva cósmica. Sus contribuciones clave incluyen:

Síntesis de Tradiciones: Fusionó el Vedanta, el tantra, el budismo y el pensamiento occidental, creando una filosofía universalista.

Su obra magna, "La Vida Divina" (The Life Divine), explora estos conceptos, mientras que su poema épico "Savitri" (24,000 versos) condensa su visión mística.

 

Sri Aurobindo rechazó la dicotomía entre espíritu y materia. Para él, el mundo no es una ilusión (maya), sino un campo de experimentación divina:

Junto a su compañera espiritual La Madre (Mirra Alfassa), desarrolló prácticas para acelerar esta evolución, enfocadas en la receptividad a la fuerza divina (shakti).

 

"El hombre es un ser de transición. Su grandeza no está en lo que es, sino en lo que puede llegar a ser".

"El yoga no es para escapar de la vida, sino para descubrir la divinidad en cada partícula de existencia".

"La Supermente es la Verdad consciente de sí misma, donde el conocimiento y la acción son uno" (De "La Síntesis del Yoga").

"Dios no está en las alturas; está aquí, ahora, en todo. Incluso en esta piedra, en esta gota de agua".

 

Tras su muerte el 5 de diciembre de 1950, su legado floreció bajo La Madre, quien fundó Auroville en 1968, una ciudad internacional dedicada a la unidad humana y la evolución consciente. Hoy, su influencia perdura en:

Sri Aurobindo no fue un místico ajeno al mundo, sino un pionero que vio en la crisis humana una oportunidad para el salto evolutivo. Su mensaje es claro: "La tierra está lista para convertirse en el altar de lo Divino".